jueves, 13 de diciembre de 2012

Besos de una Luna en remojo:



No puedes separarte de mí. ¿No crees que es hora de admitirlo todo?
Cual marea atraída por la atracción propia de la Luna Llena.
Cuando estás conmigo, no puedes dejar de sentir la subida y bajada de las mareas, ni los paseos de los amantes a medianoche. 
Cuando soy una Luna totalmente nueva y desaparezco, por los poros empiezan a salirme mares y me tomo las estrellas cuando salgo de bares. 
Pero ahora que estoy tan lejos de ti, me encuentro entre Cuarto Menguante y Cuarto creciente. 
Te enamoraste de mí antes de ver tu primer amanecer. El maldito Sol te volvió completamente loco y la Luna empezó a saberte a poco. 
Puede que tuvieras razón; Yo no era más que un satélite, y él era una gran estrella.
Cuando me quise dar cuenta, el Sol ocupó mi lugar en un Eclipse total. Me despedí de ti mientras me volvía casi invisible, pasando por el gris oscuro y ese rojo cobre. 

Mientras olvidabas los pequeños detalles. Los besos y esos te quieros infernales.

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