Los molinos son reales
y algunos incluso
los hemos abatido
para asegurarnos.
Porque puede que
Don Quijote estuviera loco,
pero no es más loco
que aquel que no lee,
que no sueña.
Que en realidad son tres gaviotas en fila, o tres burbujas de una de esas olas que a veces salpican la cubierta de este barco llamado vida. O quizás simplemente sean las tres primeras estrellas de la Constelación de Orión.