Llueve y Max no puede evitar escribir
en el vaho de los cristales.
Iniciales y números. Las iniciales de
ella juntos a las de él, y la fecha en la que empezó a deshacerse
el mundo a sus pies.
El silencio se apodera de aquel taxi,
mientras él suspira mirando fuera de la ventanilla.
-Nyx, ¿es desde ese día, verdad?
Aquella noche era como la de hoy, lluviosa y tú llorabas, igual que ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario