Eres como la noche oscura sobre la cuna de un niño con miedo a crecer,
como el payaso siniestro de las fiestas de
cumpleaños,
como los gnomos del jardín de la vecina (la cual estaba
como un cencerro).
Como una de esas horrorosas muñecas de porcelana
de la casa de la abuela que te vigilaban mientras dormías,
o como
esa infinidad de traumas que te dejaron en la infancia...
-Y que aún no has superado-.
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