martes, 2 de abril de 2013

Bellatrix.



***

Ella era la chica más extraña del mundo, 
ella era la chica amante de las estrellas.

Recuerdo cómo se quedó despierta toda la noche para ver la lluvia de estrellas en nuestra azotea (en nuestro pequeño rincón sobre la Tierra), aunque ella no era precisamente el tipo de persona que tenía los pies sobre la Tierra.
Aquella noche colgó estrellas de papel en el tendedero, y guardó en un frasco sus deseos, -que dejó junto a nuestro saco de dormir y a nuestras capuchas de lluvia-. En los que posiblemente desearía tener un nuevo telescopio para ver más allá de ellas.
Recuerdo cómo se le iluminaron los ojos al verlas caer del cielo, y como se paró a mi lado, susurrándome al oído -como si quisiera que el Universo no se enterara de aquello-.

"Tu constelación es esa -decía señalando el Cinturón de Orión- y yo soy la tercera, tu hombro izquierdo, la guerrera, la que luchará por ti."

Al mismo tiempo que se apoyaba en mí, 
y yo formaba constelaciones con su espalda. 

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