El mar puede ser como quiero que sea,
en calma o violentamente encrespado.
Azul verdoso al mediodía,
plateado al amanecer,
violeta al poniente,
o misteriosamente cárdeno.
Puede hacer sol,
o tener densas nubes de tormenta,
puede rugir o susurrar en los oídos de los mortales,
desde lo alto del acantilado o desde el fondo marino.
El mar puede ser como quiero que sea,
pero siempre te pertenecerá.
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