miércoles, 4 de junio de 2014


Oigo la voz del predicador de la trastienda gritando mi nombre y lo sigo sólo para encontrarte. Recalco toda mi fe en un televisor averiado y me encuentro en el tiempo, entrenando en el pasado. Causa por la que me congelé en el tiempo, entre coches fúnebres y ataúdes, perdiendo el control, causando pánico en las pruebas de fuego. -Quiero mejorar-, pienso mientras mis amigos están drogados y van persiguiendo chicas por las líneas del parking. Me estoy volviendo loca porque el amor que te di se perdió en una cara bonita, en un momento de miedo. Así que me pongo un casco sobre el casco, contando los segundos a través de la noche.

Me dejo llevar y ahora estoy de pie sobre un puente gritando a los coches; ¡quiero mejorar! No sabía que estaba sola hasta que vi tu cara, no sabía que estaba rota hasta que quería cambiar. Recorro la noche y subo a mi habitación. Hay chicos en el techo, recorto sus fotos y persigo ese sentimiento de una joven de dieciocho años. ¿Quién no sabe qué clase de pérdida fue? Ahora soy una extraña y echo de menos los días de una vida aún permanente. Recuerdo los años de luto antes de que me dejara llevar, así que vuelvo allí, mirando al horizonte, gritándome a mí misma; oye, ¡quiero mejorar! Causa por la que ahora estoy durmiendo en la parte trasera de un taxi, por la que subo a gritar desde la ventana de mi habitación.

Me despierto esta mañana antes que mi familia, despertándome al fin de este sueño. ¿Dónde estaba tratando de aprender cómo una vida puede dejar atrás la oscuridad? Él dijo que podía mejorar, así que puse una bala donde debo poner un casco y me quedé en mi coche. Causa por la que quiero dejarme llevar. Causa por la que me vuelvo a ver parada en aquel puente que me ha apoyado más que él o ellos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario