lunes, 16 de junio de 2014


Ojalá fuera yo aquel gorrión, en aquella isla del corazón que se ha de llevar el más allá de los muchos que han dejado ya sus sueños y su canción. Y él me dijo, ¿por qué no soy tan fuerte como la rueda que siguen los viajeros? ¿Por qué no soy tan fuerte como lo eres tú? Pero lo que él no sabe es que yo no soy realmente fuerte, que no soy como él se piensa. No sabe que solo se trata de una máscara que encierran mis miedos y mi vergüenza.

Ahora en el bosque alguien está susurrando a un árbol: "esto es todo lo que soy, así que por favor no me sigas". Y es tu hermano el que está en el árbol que me estoy meneando diciendo: "por favor, deja que la bondad se olvide de mí, déjame ser libre." 
Este domingo alguien está sentado debajo del árbol, extrañando, echando a alguien de menos: "¿Dónde está el infierno? ¿Entre estas montañas? Si es así, llévame contigo."

Y hay una nube detrás de otra nube, a la cual estoy gritando y puedo escuchar a escondidas alrededor de ellas, alrededor de los árboles. Alrededor de mí misma.

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